Mostrando postagens com marcador Da leitura. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador Da leitura. Mostrar todas as postagens

segunda-feira, 7 de agosto de 2017

terça-feira, 5 de novembro de 2013

quinta-feira, 7 de fevereiro de 2013

quarta-feira, 5 de setembro de 2012

Street Haunting

"The number of books in the world is infinite, and one is forced to glimpse and nod and move on after a moment of talk, a flash of understanding, as, in the street outside, one catches a word in passing and from a chance phrase fabricates a lifetime."

 Virginia Woolf, in A London Adventure, 1927

sexta-feira, 20 de julho de 2012

domingo, 15 de julho de 2012

segunda-feira, 23 de abril de 2012

Ainda do dia

Sant Jordi, Bernat Martorell (1390 - 1452) 

Uma vida incrível.

No Dia Mundial do Livro


Alocución de Federico García Lorca al pueblo de Fuente Vaqueros (Granada) en septiembre de 1931:

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión. "Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta Biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada. "No sólo de pan vive el hombre”. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social. Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros? ¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. "Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz".

terça-feira, 17 de abril de 2012

terça-feira, 28 de fevereiro de 2012

quarta-feira, 8 de fevereiro de 2012

terça-feira, 7 de fevereiro de 2012

A Leitora

La lectora, Frederico Faruffini, 1864

Boz

Engraving of Charles Dickens in His Gad's Hill Study, Samuel Hollyer (cc. 1875)
Dickens' dream, Robert W. Buss (1875)

A gravura retrata o mais célebre dos romancistas da época vitoriana, Charles Dickens, sentado à secretária que colocara em frente à janela, perdido em pensamentos. Este terá efectivamente sido o ponto de partida para a tela sobre o sono do autor, a qual, por morte de Robert W. Buss, não chegou a ser concluída. Mas esta incompletude é quanto a mim tão aparente; o quadro parece-me tão perfeito, tão assertivo, tão acabado! Passam hoje duzentos anos sobre o nascimento de Dickens e isso levou-me a sentir, de manhã cedo, uma saudade súbita dos EUA. Quando estava nos EUA, era costume no Departamento professores e colegas irem deixando na mesa da cozinha os livros, da especialidade ou outros, que as suas pequenas casas deixavam de poder albergar. Trouxe vários comigo, mas aquele que me é mais caro, pela autoria e - não posso senão admiti-lo - pela forma fascicular foi este. É um livro triste, bem sei, mas é um livro de época, a da revolução industrial, e sendo de época é um livro que nos desperta e comove. Numa altura em que Londres se debatia com uma explosão demográfica sem precedentes e o êxodo rural, Dickens, apesar de nunca se assumir como um revolucionário - as suas personagens, quando mudam de vida, é pelo acaso - introduz a crítica social na literatura. Não é intervenção, é literatura.
Os Cadernos de PickwickOliver Twist e David Copperfield estão traduzidos em Português. Recomendo.

segunda-feira, 30 de janeiro de 2012